Tienés una falsa idea del amor, nunca fue un contrato, ni una imposición, y aunque te quiero cada vez más, de un modo que no puedés ni sospechar...
Yo no soy esa mujer, que no sale de casa y que pone a tus pies lo mejor de su alma; No me convertiré, en el eco de tu voz en un rincón...
Y o n o s o y e s a m u j e r.
No hay comentarios:
Publicar un comentario