¿De qué me sirven las palabras, si es tan evidente lo que siento yo?, porqué
mis ojos me delatan a cada momento cuando oígo tu voz. No tengo más que agradecerte, por aquellos ojos que tú me regalas, que son tan preciados y cuando me miran, siento que me matan.
Erés mi vida, mi razón,
mi otra mitad, algo que
no puedo explicar porque al final…
nunca terminás de aprender a amar.
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