No me vengas a enfermar la cabeza, no te invites a dormir mi siesta. No me busques lo que nunca te encontrás, tengo asuntos que no pienso convidar. Yo no te debo nada, cerrá bien cuando te vayas, corazón. Deliciosamente no te soporto, me empalagan tus abrazos de oso y no me apuestes, que no soy buen jugador. Miento poco...pero cada vez mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario